La cultura de la integridad: parte esencial de una empresa sostenible (Publicado el 23 de enero de 2025)

Por: Reinaldo Cuadra Folle

 

Introducción.

Desarrollar negocios de manera sostenible en el tiempo involucra diversos factores, entre ellos, que la actividad empresarial se desarrolle bajo altos estándares de ética e integridad.

Para ello, es fundamental considerar que la empresa es una organización compleja, donde se establecen múltiples relaciones, tanto a nivel interno (con accionistas o dueños, administración y trabajadores) como externo (con la comunidad, terceros y, en general, “stakeholders”).

 

Algunas dificultades en la implementación de una cultura de la integridad.

Existen varios factores que dificultan que - en una empresa cualquiera - se instale una eficiente cultura de la integridad. Por ejemplo:

- El mercado inicialmente tiende a subestimar el valor de la integridad;

- La implementación de la cultura de la integridad puede ser percibida como una suerte de desconfianza en los colaboradores;

- En ciertas ocasiones los individuos que forman parte de la empresa utilizan la compañía en su propio beneficio, lo que redunda en una reticencia a asumir el valor de la integridad como algo deseable en la organización;

- Quienes integran una organización están habitual y constantemente confrontados a dilemas y desafíos en la toma de decisiones, que puede redundar en decisiones alejadas de la ética e integridad.

Una de las barreras más relevantes para instalar una robusta cultura de la integridad, consiste en que las empresas reconozcan que la integridad corporativa no se encuentra disociada de la rentabilidad del negocio o de la maximización del valor de la compañía.

 

Motivos para implementar una cultura de la integridad.

No obstante lo anterior, implementar una cultura de integridad genera una serie de ventajas para las empresas.

En efecto, en las empresas en que la integridad se encuentra instalada, es posible advertir varias consecuencias favorables:

- La empresa está en condiciones de generar negocios más justos y equitativos;

- La empresa generará confianza, tanto al interior como fuera de ella;

- La empresa estará mejor preparada para enfrentar riesgos, contingencias o crisis;

- La empresa tenderá a un mejor cumplimiento legal y normativo.

-  La empresa será proactiva en vez de reactiva.

-  Como resultado de todo lo anterior, la empresa mejorará su competitividad.

 

Algunos desafíos de instalar la cultura de la integridad en las empresas.

Establecer una cultura de integridad corporativa representa un desafío significativo para las organizaciones. No se trata solo de evitar conductas ilegales, sino de fomentar algo más profundo: un entorno que promueva la autodeterminación hacia el cumplimiento normativo y la conducta ética. Esto va más allá de la simple entrega de manuales o políticas de “compliance”; implica consolidar valores que guíen la toma de decisiones en todos los niveles de la empresa.

Para construir una cultura de integridad sólida, el compromiso y liderazgo del directorio y la alta administración son fundamentales. Su rol es definir expectativas claras y establecer estándares exigibles, asegurando que cada miembro de la organización pueda tomar decisiones y desempeñar sus funciones bajo estos principios.

En este sentido, la administración debe ser consciente de su papel como modelo de integridad corporativa, ya que la falta de compromiso en este aspecto puede exponer a la empresa a riesgos legales, sanciones y conflictos reputacionales. En cualquier caso, el simple “cumplimiento legal” no es suficiente para abordar los múltiples desafíos éticos que pueden surgir en la operación diaria.

 

El presente documento fue preparado con fines meramente informativos. No consiste en un artículo académico, ni constituye asesoría legal.